Exceso de oferta de audio: Luchando por tus oídos

Con el auge del audio, las plataformas de audio bajo demanda se han dado cuenta del potencial del podcast y desde hace unos años estamos viendo la lucha de las grandes plataformas por ocupar un lugar en nuestros oídos a lo largo del día. Pero esto ha dado lugar al exceso de oferta de audio. Vamos a analizar el panorama.

Al inicio fue Napster

El primer gran paso para llegar a un exceso de oferta de audio lo vimos a principios de siglo. Napster y sus sucedáneos estaban arrasando, creando una red de intercambio de archivos digitales imbatible. Era lo más parecido a una tienda de música digital. Si bien era ilegal, fue aquí donde quedó demostrado que en la sociedad había una clara demanda de contenidos de audio. La cuestión radicaba en cómo dar servicio a toda esa audiencia.

Después vino iTunes

Por aquel entonces, Apple había creado iTunes, un sencillo reproductor de música que servía para sincronizar todos esos archivos con el recién lanzado iPod. Fue entonces cuando hicieron un movimiento inteligente y convirtieron este software en una tienda de música, lo que permitía comprar las canciones que quisiéramos al razonable precio de un dólar cada una y además dentro del marco legal en el que todos los implicados, creadores y distribuidores, percibían un beneficio. Aquí fue donde comenzó la competencia por nuestros oídos, aunque Napster no tenía mucho que hacer, tratándose de una plataforma que operaba al margen de la ley.

Y el iPod…

El iPod se convirtió en todo un éxito y Apple comprendió que debía incluir más contenidos, como los audiolibros y finalmente, en 2004, los podcasts. De modo que el iPod fue el primer gran reproductor de podcasts de la historia.

La digitalización de la tienda de música cambió fundamentalmente la forma en que consumimos audio, es decir, de manera instantánea y eficiente. Este fue uno de los factores que años después nos llevó al exceso de oferta de audio. Pero, lo más importante, cambió la naturaleza de la competencia.

Al permitir a los usuarios acceder digitalmente y comprar diferentes tipos de audio en iTunes, colocó a todos esos actores de la industria (músicos, productores de podcast, radiofonistas o editoriales de audiolibros, que siempre fueron mercados separados) en competencia directa entre sí. Todos luchaban por un puesto en nuestros oídos.

Después de este cambio en iTunes la competencia por nuestros oídos no ha hecho más que intensificarse. Muchas compañías han intentado diferenciarse para competir con iTunes y ofrecernos ofertas alternativas de audio.

Otros actores se unen para completar el exceso de oferta de audio

Google

Google adquirió Songza, una plataforma que permitía crear listas de reproducción personalizadas y que luego fue integrada en Google Music.

Pandora

Pandora proponía listas de reproducción basadas en tus gustos musicales; y por supuesto, con el tiempo también ofreció podcasts y contenidos heredados de la radio convencional.

Tidal

Tidal ofrecía música en alta definición y algunos contenidos exclusivos, algo que no ha sido suficiente para posicionarse como debería en el mercado. En mi opinión la alta definición del audio era una característica adelantada a su tiempo y puede que el futuro del podcast esté relacionado con esto. Será algo que veremos al final de este curso.

Soundcloud

SoundCloud, que se diferenciaba al permitir a sus usuarios publicar audio original, como remixes, podcasts y música original de músicos aficionados y semiprofesionales, actualmente parece estar tratando de diversificar su audio para competir mejor con estos otros servicios.

Spotify: el gran golpe en la mesa que consolida el exceso de oferta de audio

Quizá el movimiento más espectacular en el mercado fue cuando Spotify comenzó a incluir podcasts en sus contenidos a partir de 2017. Spotify dejaba de ser una plataforma de música para convertirse en una plataforma de contenido de audio, de forma que se produciría un trasvase natural de la audiencia entre un formato y otro, pero dentro de la misma plataforma.

Las compras de Spotify

No contentos con eso, compraron Anchor, una plataforma de podcasting de rápido crecimiento que combinaba características típicas de las redes sociales. Y no pararon ahí. Compraron también Gimlet Media, una de las mejores productoras de podcast y de branded podcast del mundo. Han invertido cerca de 340 millones de dólares en estas compras porque saben que en el largo plazo les saldrá rentable, porque saben que comprando la producción de Gimlet y el poder de distribución de Anchor se harán con un lugar en nuestros oídos. Sin duda es un gran paso en esta feroz competencia por nuestros oídos.

Se unen otras grandes corporaciones

Como ves nacen nuevas plataformas de podcast que triunfan o son adquiridas por corporaciones de audio más grandes. Incluso negocios que parecían distantes, como el caso de las compañías discográficas, Sony Music entre ellas, se están acercando al podcast porque saben que es una forma de conseguir más cuota de tiempo de nuestros oídos.

El valor de nuestros oídos

Saben que es un activo valioso porque nuestros oídos permanecen abiertos veinticuatro horas al día. Piénsalo. Puedes ponerte unos guantes para no sentir, puedes taparte la nariz para no oler, puedes cerrar la boca para no degustar y puedes cerrar los ojos para no ver, pero incluso si te tapas los oídos sigues oyendo cosas. Han copado nuestro tiempo para usar los ojos, como ya habíamos visto con la saturación de medios visuales.

Una gran oportunidad

Vivimos deprisa y no podemos superar las dos o tres horas diarias de consumo de contenidos a través de la pantalla porque tenemos una vida. Como decíamos, tenemos hijos a los que atender, trabajos a los que ir, amigos que ver y una familia con la que estar. Y esa cuota de pantalla se ha visto diluida con las horas de redes sociales o cualquier otra cosa que puedas ver con tus ojos en un dispositivo móvil.

Sin embargo, los oídos siguen ahí, abiertos, esperando que les cuenten una buena historia. Como ves, toda la industria del audio ahora es una sola y todos quieren lo mismo, conquistar tus oídos. Y para ello no bastará con distribuir canciones o reutilizar audio de la radio. Se requiere la creación de nuevo contenido de audio de todo tipo para poder hacer frente a la ingente demanda de esta nueva sociedad sonora en la que vivimos. ¿Te apuntas?